Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. han actualizado su página web sobre seguridad de las vacunas para incluir lenguaje que sugiere un vínculo no probado entre las vacunas y el autismo. Este cambio introduce dudas allí donde décadas de consenso científico confirman que no existe tal conexión, alineándose con las opiniones expresadas anteriormente por el Secretario de Salud, Robert F. Kennedy, Jr., quien durante mucho tiempo ha cuestionado la seguridad de las vacunas.
Expertos condenan la revisión
Los epidemiólogos y profesionales médicos han criticado duramente la medida de los CDC por considerarla anticientífica y peligrosa. Michael Osterholm, epidemiólogo de la Universidad de Minnesota, calificó la actualización como “una tragedia”, afirmando que rechaza la evidencia establecida y pone en peligro la salud pública al reducir potencialmente la aceptación de la vacuna.
“Esto indica que la verdad no tiene peso en los debates actuales sobre las vacunas. Los niños morirán a causa de esto”, advirtió Osterholm.
Décadas de pruebas desestimadas
Anteriormente, la página web de los CDC afirmaba inequívocamente que las vacunas no causan autismo, citando décadas de investigación. La versión revisada ahora afirma que la afirmación “las vacunas no causan autismo” carece de evidencia y alega que las autoridades sanitarias han ignorado los estudios que sugieren un vínculo. Esto contradice más de 40 estudios de alta calidad que involucran a más de 5,6 millones de personas realizados en siete países desde 1998, y ninguno de ellos ha encontrado ninguna relación causal entre las vacunas y el autismo.
Por ejemplo, un estudio de 2019 examinó a más de 657.000 niños y no encontró evidencia de un vínculo entre el autismo y la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR). Susan J. Kressly, presidenta de la Academia Estadounidense de Pediatría, enfatizó: “No existe ningún vínculo entre las vacunas y el autismo. Cualquiera que repita este mito está mal informado o engaña intencionalmente a los padres”.
CDC planea una nueva investigación
La actualización de los CDC también anuncia planes para volver a investigar la relación entre las vacunas en la primera infancia y el autismo, a pesar de la evidencia concluyente existente. La medida sugiere una voluntad de reexaminar la ciencia establecida, lo que podría socavar la confianza del público en los programas de vacunación.
La decisión de los CDC de introducir dudas en un asunto resuelto científicamente plantea serias preocupaciones sobre la politización de la salud pública. Las revisiones dan prioridad a afirmaciones sin fundamento a lo largo de décadas de investigación rigurosa, lo que podría conducir a una menor confianza en las vacunas y a brotes prevenibles de enfermedades peligrosas.






















