Una gran tormenta invernal está azotando el este de los Estados Unidos, trayendo fuertes nevadas (hasta un pie en algunas áreas de Nueva York y Maine), pero no cumple con los criterios de un “ciclón bomba”, a pesar de su intensidad. Aún se espera que el sistema produzca perturbaciones significativas, pero es fundamental comprender la diferencia entre una tormenta invernal severa y un ciclón bomba.

Desarrollo e intensidad de la tormenta

El fenómeno meteorológico actual se origina a partir de un sistema de baja presión que se desplazó hacia el este desde el Medio Oeste. Esta perturbación está alimentando ahora un área secundaria de baja presión que se está desarrollando frente a la costa del Atlántico medio. Si bien este nuevo sistema se fortalecerá considerablemente a medida que avanza hacia Cape Cod, se prevé que no alcance el estado de “ciclón bomba”.

Un ciclón bomba se define oficialmente por una rápida caída de la presión atmosférica en 24 horas. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), en latitudes como la ciudad de Nueva York (alrededor de 40 grados), esto significa una disminución de presión de aproximadamente 18 milibares. La tormenta actual se está intensificando, pero no a este ritmo.

Impactos regionales: nieve, lluvia y vientos

Se pronostican las nevadas más intensas (entre 8 y 12 pulgadas) para el sur de Nueva Inglaterra y el estado de Nueva York. Sin embargo, el aire más cálido está siendo arrastrado hacia las zonas más densamente pobladas del noreste y el Atlántico medio. Como resultado, ciudades como Boston y Washington D.C. verán principalmente lluvia o una combinación de precipitaciones. También se esperan fuertes vientos, particularmente en Maine, junto con las nevadas.

¿Qué sigue? Frío continuo hasta diciembre

La mayor parte de las precipitaciones deberían desaparecer el miércoles por la mañana. Sin embargo, el este y el centro de Estados Unidos seguirán experimentando olas de aire frío durante el fin de semana. Los expertos predicen que este patrón podría persistir durante todo diciembre, lo que indica un período potencialmente prolongado de temperaturas más frías que el promedio.

A pesar de no ser un ciclón bomba, esta tormenta sirve como recordatorio de los poderosos sistemas climáticos invernales que pueden desarrollarse rápidamente y alterar la vida diaria. La distinción resalta la importancia de definiciones meteorológicas precisas cuando se habla de fenómenos meteorológicos severos.