Durante siglos, los científicos han debatido las primeras etapas de la colonización de plantas en la tierra, y ahora un descubrimiento histórico sugiere que un socio sorprendente era esencial: los líquenes. Una nueva investigación confirma que un misterioso fósil, Spongiophyton, representa un antiguo liquen que prosperó hace unos 410 millones de años, probablemente preparando el terreno para que florecieran las plantas vasculares, los antepasados ​​de los árboles y flores modernos. Esto anula las suposiciones anteriores de que los líquenes evolucionaron después de que las plantas terrestres ya se habían establecido.

El antiguo misterio de Spongiophyton

Antes de los bosques y las praderas, la tierra primitiva estaba dominada por tapetes microbianos. Las plantas vasculares, las primeras plantas terrestres complejas, apenas estaban surgiendo. Los fósiles de Spongiophyton, encontrados en todo el mundo, han desconcertado a los paleontólogos durante más de un siglo. ¿Fue un tipo temprano de alga o algo completamente distinto? La respuesta seguía siendo difícil de alcanzar porque los líquenes, al ser organismos de cuerpo blando, rara vez dejan rastros fósiles claros.

La evidencia química revela la verdad

El gran avance se produjo al analizar la composición química del material orgánico dentro de los fósiles. Los líquenes son una asociación simbiótica entre hongos y algas o cianobacterias. A diferencia de las algas, que tienen paredes celulares, los líquenes contienen quitina (un material que también se encuentra en los exoesqueletos de los insectos) y esta quitina es rica en nitrógeno. El equipo de investigación de la Universidad de Harvard encontró una señal constante de nitrógeno en los fósiles de Spongiophyton, lo que demuestra su naturaleza fúngica. Un análisis más detallado reveló patrones de ramificación característicos de las células fúngicas en crecimiento (hifas), lo que solidificó la identificación del liquen.

Por qué esto es importante: el papel de los líquenes en los primeros ecosistemas

Este descubrimiento no se trata sólo de identificar un fósil antiguo; reescribe nuestra comprensión de los primeros ecosistemas terrestres. Los líquenes son los constructores de suelo originales de la naturaleza, descomponiendo rocas y sedimentos en sustratos ricos en nutrientes. Las plantas vasculares dependen de estos nutrientes para crecer, canalizándolos desde el suelo hacia arriba a través de sus tejidos. Al existir antes y junto a las primeras plantas, los líquenes probablemente erosionaron las rocas, estabilizaron los sedimentos y crearon los primeros protosuelos, esencialmente preparando el paisaje para que la vida vegetal se expandiera.

“Es un cambio importante en la forma en que vemos la complejidad de los primeros pasos de la vida en la tierra”, dice el autor principal del estudio, Bruno Becker-Kerber.

Una historia más completa de la vida en la tierra

La línea de tiempo sugiere ahora que los líquenes evolucionaron poco después de la expansión inicial de las plantas vasculares (hace unos 420 millones de años) y justo antes de la aparición de los primeros bosques (hace unos 390 millones de años). Esto significa que la historia de la vida que llega a la tierra no es sólo una “historia de las plantas”; es una historia de hongos y plantas, en la que los líquenes desempeñan un papel crucial, antes subestimado. El descubrimiento enfatiza que la transición a la vida terrestre fue una interacción compleja entre múltiples organismos, no solo plantas.